De Rokha - Fuego Negro

De Rokha - Fuego Negro

Aún cuando los posteos de mis "compañeros" del blog sean originales, chistosos e incluso, atrevidos; me veo obligado a salirme de la tónica para hacer un rápido "copy/paste" de un fragmento del grandísimo De Rokha. Sin más cháchara, vamos directo al grano:

"Comprendo que aúllo inútilmente, que mi dolor se partirá los sesos gritando contra la tiniebla, como un loco en un cementerio, que arañaré la nada y la rasguñaré despedazándome, y, sin embargo, únicamente existo por tu memoria.

Cargado con un abismo, tronchado y definitivamente en derrumbe, ingreso al gran crepúsculo en el cual tu ataúd marcha a la vanguardia de los muertos, rugiendo como un horno de diamantes o parecido a una intensa flor de pólvora; y aunque no entiendo el sentido del mundo, porque desapareció contigo, el antiguo corazón descansa un instante; desde muy adentro de la multitud y el género humano, el espanto del ser consciente te agranda la faz divina y te incluye entre los dioses, sobre la base de la humanidad, en donde residen el relámpago y los héroes y la llagada muchedumbre aúlla por el pan………………..Querida, idolatrada amiga. El sol hundido es perro de fuego a tus pies helados, cae el arte de hablar de rodillas ante ti, y convergen a tu sepulcro todas las palomas del desierto, con las alas quebradas. Gigantescamente rodeada de candelabros y cataclismos, milenaria y nacional, ingresas a la mitología. Y a la orilla de tu nombre eterno, como a la orilla de los ríos antiguos, se escucha un llanto de madres terribles, ascender desde el vértice azul del Mediterráneo a las mesetas envenenadas del Petróleo que grita abajo. Se desgarró el pabellón de las batallas, pero una paz grandiosa arde y ruge a tus riberas irreparables.

Como un problema sin solución, ando y hablo de un siglo en el cual no habito, en el cual no creo, en el cual no existo, desde tu caída en el gran abismo; sólo la muerte a la cabeza de mí mismo avanza; y proclamo exclusivamente mi derecho a estar tendido codo a codo contigo cien edades, muerto, en un sepulcro acometedor, rojo y ancestral como los errores del hombre"